No trabajamos para refugiados. Trabajamos con personas.
Hoy, miles de personas viven confinadas en campos cerrados – sin acceso a educación ni empleo, atrapadas en sistemas que les niegan la oportunidad de construir su futuro.
Pero esa no es toda la historia.
En Second Tree, vemos algo distinto en nuestro trabajo en los campos de refugiados: personas que confían unas en otras, estudiantes que se convierten en docentes, y vecinas y vecinos que actúan para apoyarse mutuamente.
A través de clases de idiomas, actividades comunitarias y programas centrados en el empoderamiento personal, impulsamos un futuro construido en conjunto.
Imaginamos un mañana en el que las personas refugiadas sean reconocidas como parte de nuestras comunidades, con las mismas oportunidades para aprender, contribuir y tomar las riendas de sus vidas.
Conoce a quienes forman parte de nuestra comunidad, escucha hacia dónde caminan – y descubre cómo tu apoyo puede marcar la diferencia.
Meys
“Ahora tengo la oportunidad de aprender con Second Tree.”
Meys, originaria del Kurdistán, está decidida a aprender inglés “para enseñar a mi hija y a mis hermanos, porque la comunicación es muy importante”. Aprovecha cada oportunidad para crecer mientras espera una decisión sobre su solicitud de asilo —y el anhelado reencuentro con su hija.
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Meys y su madre, Neriman, siempre son las primeras en llegar a nuestras clases de inglés, contando chistes y ocupando los asientos de la primera fila.
Algún día, espera poder apoyar también a otras personas refugiadas:
“Si puedo ser parte de Second Tree, por supuesto que lo haré.”
pueden cubrir el material de inglés para 25 personas refugiadas, ayudando a que personas como Meys sigan aprendiendo.
Laye
“Mi madre siempre me enseñó que hay que ver el lado positivo.”
Laye, de Guinea-Conakry, encuentra sentido en ayudar a otras personas a crecer, ya sea motivando a sus compañeros a completar nuestras clases o inspirando a las próximas generaciones de LeBron James a través de su amor por el baloncesto.
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Laye es más feliz cuando los demás lo son. Lo conocimos en uno de nuestros paseos al mercado de los sábados, donde su metro noventa y su pasión por los juegos mantuvieron entretenidos a los niños, dándoles a sus familias un raro momento de descanso, té compartido y compras tranquilas.
“Si hay una forma de compartir esta experiencia con los niños, eso me hará sentir bien, como si les estuviera dando algo.”
pueden financiar 45 plazas en una excursión con la comunidad, dando a personas como Laye la oportunidad de conectar con el mundo más allá del aislamiento de los campos de refugiados.
Bushra
Bushra y sus hermanas imaginan un mundo donde “las mujeres tengan derecho a ir a la escuela” y todas las personas puedan viajar libremente, sin importar su origen.
A través de la clase sobre Derechos Humanos de Second Tree, Bushra y sus hermanas están aprendiendo cuáles son sus derechos y ganando la confianza para alzar la voz por ellas mismas y por los demás.
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Cuando le preguntan qué cambiaría del mundo, Bushra señala que “la gente dice que las mujeres solo limpian la casa” y que “una mujer tiene 16 años y se casa”. Sueña con un futuro en el que “todas las mujeres tengan derechos”.
pueden financiar 10 clases de derechos humanos para 40 niñas y niños como Bushra y sus hermanas.
Shawak
“Todos somos humanos, tenemos nuestros derechos, los mismos derechos, los mismos sentimientos.”
Shawakh, profesor de inglés sirio, valora profundamente la comunidad de Second Tree porque “están dando a todas las personas el mismo trato, considerando a cada uno como ser humano.”
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Ha sufrido discriminación en muchos de los países por los que ha pasado – incluso en el supermercado, donde “siempre nos tratan como a un refugiado” y las personas locales son atendidas primero.
Ahora, Shawakh colabora en el diseño de nuestros talleres de imparcialidad y tolerancia, dirigidos a personas locales, trabajadores de primera línea y responsables políticos, usando su voz para desafiar estereotipos y recordar algo esencial:
Las personas refugiadas son personas.
Tu donación, la que tú elijas, apoya a nuestra comunidad, construida sobre una verdad simple que Shawakh encarna: que todas las personas merecen ser vistas como tales y tener la oportunidad de construir su propia vida.
Meys
Laye
“Ahora tengo la oportunidad de aprender con Second Tree.”
Meys, originaria del Kurdistán, está decidida a aprender inglés “para enseñar a mi hija y a mis hermanos, porque la comunicación es muy importante”. Aprovecha cada oportunidad para crecer mientras espera una decisión sobre su solicitud de asilo —y el anhelado reencuentro con su hija.
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Meys y su madre, Neriman, siempre son las primeras en llegar a nuestras clases de inglés, contando chistes y ocupando los asientos de la primera fila.
Algún día, espera poder apoyar también a otras personas refugiadas:
“Si puedo ser parte de Second Tree, por supuesto que lo haré.”
“Mi madre siempre me enseñó que hay que ver el lado positivo.”
Laye, de Guinea-Conakry, encuentra sentido en ayudar a otras personas a crecer, ya sea motivando a sus compañeros a completar nuestras clases o inspirando a las próximas generaciones de LeBron James a través de su amor por el baloncesto.
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Laye es más feliz cuando los demás lo son. Lo conocimos en uno de nuestros paseos al mercado de los sábados, donde su metro noventa y su pasión por los juegos mantuvieron entretenidos a los niños, dándoles a sus familias un raro momento de descanso, té compartido y compras tranquilas.
“Si hay una forma de compartir esta experiencia con los niños, eso me hará sentir bien, como si les estuviera dando algo.”
pueden cubrir el material de inglés para 25 personas refugiadas, ayudando a que personas como Meys sigan aprendiendo.
pueden financiar 45 plazas en una excursión con la comunidad, dando a personas como Laye la oportunidad de conectar con el mundo más allá del aislamiento de los campos de refugiados.
Girlz
Abu is the husband of Fatmata Kamara, who was shot and killed by a police officer near the Greek border in North Macedonia last April. Suddenly, Abu found himself alone on the journey they had started together.
Read more
We knew Fatmata and Abu from one of the camps Second Tree supports. After the shooting, Abu was refused entry into the ambulance carrying Fatmata, lied to, taken to a detention centre, handcuffed, and offered a deal by the police to forget everything and be dropped at the border to “get to Europe.” Abu refused and managed to contact us: “You are the only ones I trust,” he said. The next day, we were with him and have stood by him since.
Together, we repatriated Fatmata’s body and brought the officer to court, an unprecedented success. “I met good people in Second Tree,” Abu says, “I never knew I would meet people like this.”
The 13th trial is scheduled for July 1st, with more to come, and resources are running low. But we won’t stop until there is #JusticeForFatmata, because we don’t abandon people.
Read more about Fatmata’s story here.
15 euros
15 euros
Bushra
Shawakh
Bushra and her sisters imagine a world where “women have the right to go to school” and everyone can travel freely, no matter their background.
Through Second Tree’s Human Rights class, Bushra and her sisters are learning about their rights and gaining the confidence to stand up for themselves and others.
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When asked what she’d change about the world, Bushra says how “people say women only clean the home” and that “a woman is 16 years old and she marries”. She dreams of a future where “all women have rights”.
“Todos somos humanos, tenemos nuestros derechos, los mismos derechos, los mismos sentimientos.”
Shawakh, profesor de inglés sirio, valora profundamente la comunidad de Second Tree porque “están dando a todas las personas el mismo trato, considerando a cada uno como ser humano.”
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Ha sufrido discriminación en muchos de los países por los que ha pasado – incluso en el supermercado, donde “siempre nos tratan como a un refugiado” y las personas locales son atendidas primero.
Ahora, Shawakh colabora en el diseño de nuestros talleres de imparcialidad y tolerancia, dirigidos a personas locales, trabajadores de primera línea y responsables políticos, usando su voz para desafiar estereotipos y recordar algo esencial:
Las personas refugiadas son personas.
can fund 10 human rights classes for 40 children like Bushra and her sisters.
Tu donación, la que tú elijas, apoya a nuestra comunidad, construida sobre una verdad simple que Shawakh encarna: que todas las personas merecen ser vistas como tales y tener la oportunidad de construir su propia vida.
Girlz
Abu is the husband of Fatmata Kamara, who was shot and killed by a police officer near the Greek border in North Macedonia last April. Suddenly, Abu found himself alone on the journey they had started together.
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We knew Fatmata and Abu from one of the camps Second Tree supports. After the shooting, Abu was refused entry into the ambulance carrying Fatmata, lied to, taken to a detention centre, handcuffed, and offered a deal by the police to forget everything and be dropped at the border to “get to Europe.” Abu refused and managed to contact us: “You are the only ones I trust,” he said. The next day, we were with him and have stood by him since.
Together, we repatriated Fatmata’s body and brought the officer to court, an unprecedented success. “I met good people in Second Tree,” Abu says, “I never knew I would meet people like this.”
The 13th trial is scheduled for July 1st, with more to come, and resources are running low. But we won’t stop until there is #JusticeForFatmata, because we don’t abandon people.
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15 euros
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54631 Thessaloniki
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